Con la llegada del calor las estanterías de los supermercados se llenan de zumos y bebidas que parecen apetitosos y saludables. La sorpresa viene cuando lees los ingredientes y te encuentras que lo que denominan bebidas con té llevan un 0,06% de té o si eres afortunado hasta un 0,2%, que los zumos llevan un mísero porcentaje de zumo concretado al que luego le añaden agua y azúcar y que acaba teniendo más de 500 calorías, vamos, el equivalente a dos donuts y medio de chocolate (hay quien hace conversiones de euros a pesetas y yo lo convierto en donuts).
Al final la mejor opción para saber qué lleva es hacerlo uno mismo y para esas ocasiones en las que estoy más nerviosa de lo habitual, en lugar de acudir al té, disfruto con las infusiones frutales.
La de mezcla de frutas de mangoengaña con el nombre porque en realidad lleva papaya y piña escarchada, pasas, hibisco y pétalos de girasol.
Es muy dulce pero más que en frutas tropicales me hace pensar en frutos del bosque, y el tono granate que adquiere gracias al hibisco le pega mucho.
Al ser la papaya y la piña escarchadas no se nota el punto ácido que podría tener esta última sino que es una mezcla que me recuerda a esos inventos que hacía de pequeña, de deshacer caramelos de colores y beberme el brebaje luego porque tiene ese toque dulzón a frutas pero que tampoco puedes identificar con un sabor concreto sino es una mezcla de ellos.
Me sigo quedando con la mezcla Piña Colada pero para cambiar es una buena opción.
Y como me bebo los vasos doblados en verano directamente optó por calentar agua en una cacerola, poner varias cucharadas, añadir sacarina y conseguir una jarra de dos litros que no aguanta 48 horas de lo rica que está.
Así que si en lugar de comprar cafe online os apetece una infusión frutal por 2,70€ los 50gr es una buena opción.