Es la que menos me ha gustado de las nuevas pero es la más curiosa de todas.
Es una mezcla de té verde con enebro, limón, canela, regaliz y pétalos de rosa.
Sin el enebro quizás me hubiera gustado más o quizás menos pero definitivamente es lo que le da el toque que lo hace diferente a todos los tes que he probado.
Tiene un punto cítrico y amaderado, a pesar de la canela no es dulzón, más que nada que estoy acostumbrada a los de canela con turrón o chocolate y vainilla y no se aproxima a los que parecen hecho exprimiendo bollos.
Como está mejor es muy frío y con bastante azúcar o sacarina.
Con unas hojas de hierbabuena y un poco de zumo de limón aún es más refrescante.
En la última entrada de infusiones os comentaba el problema de las polillas de la comida y vi que os sorprendía un poco así que os voy a contar lo que no dicen por ningún sitio en las trampas que crean para ellas.
Cuando las compras, en la caja te viene una especie de lámina impregnada en feromonas que hace que las polillas se vuelvan locas y se sientan irrefrenablemente atraídas pero por ningún lado te explican es que el sistema consiste en que se queden pegadas hasta que se mueren y eso puede tardar horas o días. Me parece una salvajada, así que el mejor sistema son botes que se puedan cerrar herméticamente o el cajón de las frutas de la nevera.
Cuestan 2,40€ los 50 gr.
